Cefalea de tensión

¿Qué es la cefalea tipo tensión o cefalea tensional?

Es una cefalea primaria que cursa con dolor opresivo, bilateral, de intensidad leve o moderada y que no suele interferir con las actividades de la vida diaria. Es conveniente diferenciarla de la migraña crónica y de la cefalea secundaria a patología muscular cervical o craneal (síndrome miofascial), ya que cursan con síntomas similares.

¿Qué factores influyen en el desarrollo de la cefalea tensional?

La causa de la cefalea tensional es desconocida, aunque sí se han identificado factores que pueden desencadenarla como son:
  • Factores genéticos: con frecuencia existen antecedentes familiares de cefalea tensional
  • Los factores psicológicos como el estrés, la ansiedad y la depresión, pueden agravar este tipo de cefalea
  • La falta de sueño o la mala calidad de este pueden influir en la aparición de la cefalea tipo tensión. El descanso insuficiente afecta negativamente al sistema nervioso y puede aumentar la susceptibilidad a los dolores de cabeza.
  • Mecanismos periféricos: las personas con cefalea tensional con frecuencia tienen dolor a la palpación en los músculos del cuello y de la cabeza, debido a una activación de los “receptores del dolor periféricos”.
  • Mecanismos centrales: la presencia de dolor crónico en la cefalea tensional se asocia a un aumento de la sensibilidad del cerebro a distintos estímulos y a una disminución del umbral al dolor.

  • La cefalea tensional es un trastorno multifactorial en el que la interacción entre diversos elementos, como son el estrés emocional, la falta de sueño y la sensibilización central y periférica del sistema nervioso, puede desencadenar episodios de dolor de cabeza. La comprensión de estas causas es esencial para el manejo efectivo de esta cefalea. Por ello es importante la búsqueda de atención médica para un tratamiento más especializado.

    ¿Cuáles son los síntomas de la cefalea tensional?

  • Dolor de intensidad leve a moderada, que generalmente no impide la realización de las actividades de la vida diaria
  • Sensación de Presión. El dolor suele ser opresivo, como un casco o una banda tensa en la cabeza.
  • Localización del Dolor. Suele afectar a ambos lados de la cabeza y puede localizarse en diferentes áreas, incluyendo la frente, las sienes, la parte superior de la cabeza o la nuca. Esta distribución difusa contribuye a la sensación generalizada de incomodidad.
  • Frecuencia. La duración de los episodios oscila entre horas y varios días y la frecuencia es variable de unos pacientes a otros. La forma más severa es la cefalea tensional crónica que cursa con más de 14 días de cefalea al mes.
  • Síntomas asociados. En general, la cefalea de tensión se caracteriza por la ausencia de síntomas acompañantes como náuseas y vómitos, característicos de la migraña. Algunos pacientes presentan sensibilidad a la luz o al sonido coincidiendo con la cefalea.
  • Dolor No Agravado por Actividad Física. A diferencia de la migraña, la cefalea tensional no suele agravarse con la actividad física de rutina y las personas afectadas pueden continuar con sus actividades diarias, aunque el malestar persista. El dolor suele ser más frecuente al final del día.
  • ¿Cómo se diagnostica la cefalea tensional?

    El diagnóstico de la cefalea de tensión implica la evaluación cuidadosa de los síntomas del paciente y la exclusión de otras posibles causas de dolor de cabeza. Se basa en los siguientes aspectos:
    • Historia Clínica: El primer paso en el diagnóstico de la cefalea tipo tensión es una revisión detallada de la historia clínica del paciente. El médico recopilará información sobre las características del dolor, el inicio, la frecuencia, duración e intensidad, así como cualquier factor desencadenante o patrón asociado.
    • Exploración física y neurológica.
    • Exámenes Complementarios: En la mayor parte de los casos, no se requieren pruebas específicas para diagnosticar la cefalea tensional, ya que el diagnóstico se basa principalmente en la evaluación clínica. Sin embargo, en situaciones en las que existen síntomas atípicos o determinadas alteraciones en la exploración neurológica, es conveniente la realización de pruebas de imagen como el TAC o la resonancia magnética cerebral.
    • Criterios Diagnósticos: El diagnóstico de la cefalea de tensión se basa en criterios específicos establecidos por la Clasificación Internacional de Cefaleas. Estos criterios incluyen las características del dolor y su duración y frecuencia.
    • Exclusión de Otras Causas: Dado que los síntomas de la cefalea de tensión pueden superponerse con otras condiciones, es crucial descartar otras posibles causas de dolor de cabeza, como migrañas, cefaleas secundarias a problemas musculares, de visión o trastornos neurológicos más graves.

    El diagnóstico de la cefalea de tensión implica un enfoque integral que incluye la revisión de la historia clínica, la descripción detallada de los síntomas por parte del paciente, la exclusión de otras causas de dolor de cabeza y, en algunos casos, la realización de pruebas adicionales. Un diagnóstico preciso es esencial para diseñar un plan de tratamiento efectivo.

    ¿Cuál es el tratamiento para la cefalea tensional?

    El tratamiento de la cefalea tensional implica una combinación de enfoques que aborden tanto los síntomas agudos como los factores subyacentes que contribuyen al dolor de cabeza.
    Es necesario que el paciente entienda que se se trata un proceso benigno, que entienda los mecanismos que producen la cefalea y ayudarle a identificar qué factores la pueden desencadenar. Existen dos tipos de tratamiento:

     

    1. Tratamientos no Farmacológicos:
    • Ejercicio físico incluyendo actividad aeróbica, ejercicios de fortalecimiento de musculatura craneocervical y educación postural.
    • Técnicas de biorretroalimentación con electromiografía, en la que el paciente aprende a controlar la contracción muscular gracias a la información que recibe de electrodos que se colocan en la piel que cubre a los músculos.
    • Técnicas de relación. Dado que el estrés es un desencadenante común de esta cefalea, es importante aprender a gestionarlo a través de técnicas como la meditación, la respiración profunda, el yoga o la terapia cognitivo-conductual.

     

    1. Tratamientos farmacológicos:
    • Tratamiento del ataque de cefalea. Generalmente los episodios son de intensidad leve-moderada y suelen responder a analgésicos como el paracetamol o los AINES (ibuprofeno, dexketoprofeno, naproxeno). Estos medicamentos pueden ayudar a reducir la sensación de presión y mejorar el bienestar del paciente. Es conveniente evitar el uso excesivo y crónico de estos analgésicos ya que pueden facilitar la aparición de una cefalea crónica diaria.
    • Tratamiento preventivo de la cefalea tensional crónica. Indicado en aquellos casos en los que la cefalea es muy frecuente o no responde a los tratamientos analgésicos. El objetivo de este tratamiento es reducir la frecuencia, intensidad y la duración de la cefalea. Los fármacos más utilizados son los antidepresivos tricíclicos como la amitriptilina y los inhibidores de la recaptación de serotonina. Estos tratamientos suelen mantenerse durante varios meses.

     

    El tratamiento para la cefalea de tensión implica un enfoque integral que aborda tanto los síntomas agudos como los factores subyacentes. La combinación de terapias no farmacológicas, gestión del estrés,  cambios en el estilo de vida y medicamentos para el alivio del dolor, constituye un enfoque completo para mejorar la calidad de vida de aquellos que sufren de cefalea tipo tensión. Un enfoque personalizado y el seguimiento médico regular son esenciales para un manejo efectivo a largo plazo.

     

    ¿Cuándo contactar con un experto en cefaleas?

    Contactar con un experto en cefaleas es fundamental cuando los episodios de dolor de cabeza se vuelven frecuentes, persistentes o afectan significativamente la calidad de vida.
    1. Frecuencia y Persistencia: Si experimentas episodios de cefalea de tensión de forma recurrente y estos persisten durante períodos prolongados, es aconsejable buscar la opinión de un experto. La frecuencia y la persistencia pueden indicar la necesidad de una evaluación más detallada.
    2. Intensidad del Dolor: Cuando el dolor de cabeza por tensión alcanza niveles que afectan negativamente tu capacidad para realizar actividades diarias o interfiere con tu bienestar general, es recomendable consultar a un profesional de la salud. La intensidad del dolor puede variar de una persona a otra, pero cualquier cambio significativo debe ser evaluado.
    3. Ausencia de Alivio con Tratamientos Básicos: Si los tratamientos de venta libre y las estrategias de autocuidado no proporcionan alivio adecuado, puede ser indicativo de la necesidad de una evaluación más exhaustiva por parte de un experto en cefalea tensional.
    4. Cambios en los Patrones de Dolor: Si observas cambios significativos en los patrones de dolor, como un aumento repentino en la intensidad o la duración de los episodios de cefalea de tensión, es recomendable buscar atención médica. Estos cambios podrían ser indicativos de otras condiciones subyacentes.
    5. Presencia de Otros Síntomas: Si experimentas síntomas adicionales junto con la cefalea, como náuseas, vómitos, cambios en la visión o debilidad, es crucial contactar a un experto para descartar otras posibles causas de dolor de cabeza.
    6. Impacto en la Calidad de Vida: Cuando la cefalea de tensión afecta negativamente tu calidad de vida, tu desempeño laboral o tus relaciones personales, es el momento de buscar la ayuda de un experto en cefaleas. Estos profesionales pueden ofrecer estrategias personalizadas para abordar la condición de manera efectiva.
    7. Sospecha de Otras Condiciones: Si hay sospecha de que los dolores de cabeza podrían deberse a condiciones médicas subyacentes, como trastornos neurológicos o problemas cervicales, es crucial buscar la evaluación de un experto en cefaleas para un diagnóstico preciso.

    La cefalea de tensión es una condición común pero, en ocasiones, puede requerir la atención especializada de un experto en cefaleas. La frecuencia, la intensidad del dolor, la persistencia y cualquier cambio significativo en los patrones de dolor son indicadores importantes para buscar la ayuda de un profesional de la salud. No subestimar el impacto de la cefalea de tensión en la calidad de vida y buscar asesoramiento experto puede ser clave para un manejo efectivo y la mejora del bienestar general.

    ¿Cómo se pueden prevenir las cefaleas tensionales? aquí tu texto de cabecera

    La prevención de las cefaleas tensionales implica la adopción de estrategias que reduzcan la frecuencia y la intensidad de los episodios de dolor. A continuación, se proporciona una explicación detallada sobre cómo prevenir las cefaleas tensionales.

     

    1. Gestión del Estrés: Uno de los factores clave en la prevención de la cefalea de tensión es la gestión efectiva del estrés. La práctica regular de técnicas de relajación, como la meditación, la respiración profunda, el yoga o la terapia cognitivo-conductual, puede ayudar a reducir la tensión emocional y muscular, disminuyendo así la probabilidad de episodios de dolor de cabeza.
    2. Establecimiento de Rutinas de Sueño: Mantener rutinas regulares de sueño es esencial para prevenir la cefalea de tensión. Asegúrate de dormir lo suficiente y mejora la calidad del sueño manteniendo un ambiente propicio para el descanso, evitando estímulos como dispositivos electrónicos antes de acostarte.
    3. Ergonomía y Postura: Adoptar una postura adecuada, especialmente al trabajar frente al ordenador, puede ayudar a prevenir la cefalea de tensión. Ajusta la altura de la pantalla, utiliza sillas ergonómicas y toma descansos breves para estirar y relajar los músculos.
    4. Ejercicio Regular: La actividad física regular no solo beneficia la salud en general, sino que también puede contribuir a la prevención de las cefaleas tensionales. El ejercicio libera endorfinas, reduce el estrés y mejora la circulación, aspectos que pueden ayudar a prevenir la tensión muscular.
    5. Técnicas de Relajación Muscular: Incorporar técnicas de relajación muscular, como estiramientos suaves o masajes, puede ayudar a aliviar la tensión en el cuello y los hombros, áreas propensas a la acumulación de tensiones que pueden desencadenar la cefalea de tensión.
    6. Planificación del Tiempo: Organiza tu tiempo de manera eficiente para reducir la presión y el estrés. Prioriza tareas, establece límites realistas y aprende a delegar responsabilidades cuando sea posible.

     

    La prevención de las cefaleas tensionales implica adoptar un enfoque integral que aborde factores como el estrés, la postura, el sueño y los hábitos de vida. Incorporar estas estrategias en la rutina diaria puede ayudar a reducir la frecuencia y la intensidad de los episodios de dolor de cabeza por tensión, mejorando así la calidad de vida y el bienestar general. Es importante recordar que, en caso de persistencia o empeoramiento de los síntomas, se debe buscar la orientación de un profesional de la salud.

     

     

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