Vértigo
ASPECTOS GENERALES DEL VÉRTIGO
El vértigo es un cuadro clínico que cursa con mareo intenso de inicio brusco, caracterizado por una sensación de giro o desplazamiento del entorno y objetos que nos rodean y acompañado de intenso malestar, nausea, vómitos y sudoración profusa. Suele desencadenarse y/o empeora con los giros cefálicos y cambios posturales. Es altamente discapacitante.
Es un motivo frecuente de consulta hospitalaria y visita a urgencias. Hasta un 30% de personas de más de 65 años han padecido vértigos en algún momento.
Puede parecer a priori un cuadro de fácil diagnóstico y manejo terapéutico, pero, en realidad, plantea en ocasiones dudas diagnósticas y se requiere una precisa evaluación por el especialista. En la exploración característicamente vemos unos movimientos rítmicos, rápidos e involuntarios de los ojos que llamamos nistagmo. Estos movimientos pueden ser horizontales, rotatorios o verticales, así como desencadenarse con diferentes maniobras, orientando al neurólogo en el diagnóstico.
Puede confundirse con otros cuadros clínicos, por lo que es imprescindible un adecuado diagnóstico que nos permita descartar otros procesos como presíncopes, mareo postural perceptivo o problemas de inestabilidad.
TIPOS DE VÉRTIGO
El vértigo puede ser de causa periférica o central.
1. Vértigo periférico
Su origen se localiza en el aparto vestibular situado en el oído interno o en el nervio vestibular.
1.1 Vértigo posicional paroxístico benigno
El cuadro de vértigo se desencadena con un giro o movimiento cefálico. Es muy típico, por ejemplo, que aparezca estando tumbado en la cama al despertarnos y girarnos. En el oído interno se sitúan los conductos semicirculares, que tienen en su interior un líquido conocido como endolinfa. El vértigo se inicia al producirse un desplazamiento de partículas de calcio conocidas como otoconia dentro de estos conductos semicirculares, provocado por el giro cefálico.
Los episodios de vértigo en estos casos suelen ser intensos y de muy corta duración, aunque pueden repetirse de forma recurrente con los movimientos cefálicos si no se tratan adecuadamente.
1.2 Neuronitis vestibular
Consiste en la inflamación del nervio vestibular. El vértigo aparece de forma intensa al principio y suele ir mejorando de forma progresiva en los días posteriores. Su causa más habitual es una infección vírica. Generalmente se trata de virus respiratorio que producen un cuadro catarral e inflamación del nervio vestibular. Diversos procesos autoinmunes también pueden provocar inflamación de nervio vestibular.
1.3 Enfermedad de Meniere
Se trata de un cuadro que cursa con vértigo, tinnitus o acúfenos (que son ruidos o silbidos en los oídos) y pérdida de audición. Su origen está en una disfunción del oído interno, aunque los mecanismos por los que se produce no están claros. Tiende a cronificarse y puede llegar a afectar de forma notable a la calidad de vida.
1.4 Paroxismia vestibular
Es una causa de vértigo poco frecuente. Los episodios son de muy corta duración, generalmente de unos pocos segundos, y no se desencadenan por los movimientos de giro de la cabeza. Típicamente responden a carbamazepina.
1.5 Otras causas:
Neurinoma del acústico
Lesión tumoral dependiente del nervio acústico (VIII par craneal)
Postraumático
Un traumatismo craneoencefálico puede provocar que se desprendan los otolitos en los conductos semicirculares y se desencadene un cuadro de vértigo posicional paroxístico benigno. Por supuesto, también habrá vértigo si hay lesión o fractura de base de cráneo con afectación del oído interno, en estos casos generalmente asociado a otros síntomas y problemas.
Ototoxicidad
Fármacos como los amnioglucósidos, azitromicina o algunas quimioterapias pueden provocar daños tanto en la audición como en el sistema vestibular.
2. Vértigo central
Su origen se localiza en el sistema nervioso central, por afectación de áreas como el cerebelo o los núcleos vetibulares en el troncoencéfalo.
2.1 Ictus isquémico vertebrobasilar
El vértigo secundario al ictus vertebrobasilar suele aparecer junto con otros síntomas focales neurológicos como visión doble, imposibilidad para la marcha, problemas de coordinación con las extremidades o asimetría facial. Infartos en el territorio de la arteria cerebelosa anteroinferior (PICA) pueden cursar únicamente con vértigo, sin otra focalidad. En estos casos el vértigo se caracteriza por ser constante y no responder a las medidas terapéuticas habituales en un síndrome vestibular.
2.2 Esclerosis Múltiple y otras enfermedades desmielinizantes
Un brote inflamatorio desmielinizante con afectación de los núcleos vestibulares u otras estructuras situadas en el troncoencéfalo puede provocar vértigo. Al igual que en el caso del ictus, el paciente tampoco responderá a los tratamientos habituales.
2.3 Tumores en territorio posterior
Las lesiones ocupantes de espacio provocarán vértigo si comprimen o infiltran los núcleos vestibulares o el VIII par craneal
2.4 Migraña vestibular
Las personas con migraña pueden presentar una fase previa al dolor con síntomas como alteraciones visuales, dificultad en el habla o sensaciones de hormigueo. En algunos casos, estos pacientes tienen como síntoma previo o acompañante a la cefalea, un cuadro clínicamente típico de vértigo. Suele resolverse en no más de 30 minutos, aunque a veces puede ser más prolongado.
DIAGNÓSTICO
El diagnóstico es eminentemente clínico y semiológico. Ante un cuadro clínico, el facultativo explora al paciente e identifica signos típicos de vértigo, como el nistagmo. En la maniobra de Dix-Hallpike, el médico realiza unas maniobras para movilizar los otolitos en el líquido endolinfático de los conductos semicirculares. Si el paciente tiene un vértigo posicional paroxístico benigno, la maniobra de Dix-Hallpike desencadenará un cuadro de vértigo y será diagnóstica. Es recomendable realizar una evaluación completa por el otorrino. En ocasiones es necesario hacer una prueba de imagen cerebral de base de cráneo y conducto auditivo interno, con el objetivo de descartar procesos compresivos o inflamatorios, entre otros. Si hay datos clínicos o exploratorios que sugieran la posibilidad de vértigo central, como visión doble, alteración de la marcha o ausencia de respuesta a tratamientos sintomáticos, se requiere una prueba de imagen que debe ser preferiblemente una resonancia magnética cerebral, dado que el tac de cráneo no evalúa correctamente la fosa posterior.
TRATAMIENTO
En el vértigo posicional paroxístico benigno recurrimos como primera opción de tratamiento a las maniobras de reposición, como la maniobra de Epley. Con esta técnica, se busca que los otolitos se dirijan de los conductos semicirculares a unas cavidades adyacentes que reciben el nombre de utrículo y sáculo. La neuritis vestibular se trata generalmente con corticoides. En ocasiones, independientemente de cual sea la causa del vértigo, asociamos fármacos sedantes vestibulares como la betahistina o la sulpirida. Estos medicamentos siempre hay que tomarlos con precaución, con precripción médica y evitando periodos prolongados.
PREGUNTAS FRECUENTES
¿Qué medidas debo tomar si tengo vértigo y qué no debo hacer?
En los casos de vértigo posicional paroxístico benigno y en la enfermedad de Meniere, durante la fase aguda y los días posteriores, se recomienda no dormir en plano si no con cabecera de la cama elevada, el primer día es conveniente dormir en sillón. Así mismo, durante estos primeros días, es preciso evitar actividad física intensa y giros cefálicos bruscos. Los cambios posturales, como el levantarnos de la cama, deben hacerse despacio y con precaución.
¿Es recomendable hacer rehabilitación?
Sí, en todos los casos la rehabilitación puede aportar beneficio. En los vértigos recurrentes como es el caso del vértigo posicional paroxístico benigno, un programa adecuado de ejercicios guiados por el fisioterapeuta nos ayudará en la recuperación y en la prevención de nuevos episodios, así como en la incorporación a las rutinas y actividades diarias.
Webs de interés
https://asmes.org/ (ASMES. Asociación Síndrome de Meniere España)
https://www.uptodate.com/contents/vertigo-beyond-the-basics
https://salud.nih.gov/recursos-de-salud/nih-noticias-de-salud/sobrellevar-los-mareos
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