COVID-19 y neurología

Las manifestaciones principales de la infección por el nuevo coronavirus COVID-19 incluyen tos seca, fiebre, malestar general y, en los casos más graves, dificultad respiratoria. El agente responsable es el virus SARS-Cov-2, un beta-coronavirus muy parecido al virus del síndrome respiratorio agudo severo (SARS).

En general, se considera que la afectación directa del sistema nervioso por parte del SARS-Cov-22 es limitada. No obstante, cabe esperar un alto porcentaje de problemas neurológicos indirectos, relacionados con la respuesta inflamatoria y el estado protrombótico asociados a la infección, el fallo de otros sistemas orgánicos (p.ej. insuficiencia respiratoria, insuficiencia renal) y la inmovilidad prolongada.

En esta línea, en una serie de 214 pacientes ingresados en Wuhan (China), alrededor de un tercio de los sujetos (36.4%) tuvieron síntomas neurológicos, incluyendo enfermedades cerebrovasculares, disminución del nivel de conciencia y lesiones musculares (Mao et al, 2020). El caso de un paciente con encefalopatía difusa sin signos de infección en el líquido cefalorraquídeo también apoya la afectación indirecta del sistema nervioso por parte del SARS-Cov-2 (Filatov et al, 2020).

Por el contrario, en estudios previos en humanos y animales de experimentación se ha observado que el coronavirus SARS es capaz de infectar el sistema nervioso, especialmente a nivel del tronco cerebral (Ly et al, 2020). Este dato sugiere que la dificultad respiratoria puede tener un componente central, aparte del componente respiratorio. El mediador del acceso al sistema nervioso y otras células podría ser el receptor de la enzima convertidora de angiotensina 2 (Baig et al, 2020). Desde el punto de vista clínico se han descrito casos aislados de encefalitis aguda de curso benigno asociada a COVID-19 (Encephalitis Society, 2020).

Dentro de los cuadros neurológicos asociados al COVID-19 destaca el síndrome confusional agudo o encefalopatía difusa.

Este cuadro es muy frecuente en pacientes graves y especialmente en los ancianos con deterioro cognitivo previo. Se caracteriza por un deterioro agudo del estado mental, incluyendo una combinación variable de inatención, desorientación temporal y espacial, alteración de los ritmos de sueño-vigilia, alucinaciones visuales, ideas delirantes y agitación psicomotriz.

Otro cuadro neurológico frecuente en los pacientes graves es la neuromiopatía del enfermo crítico.

Consiste en una pérdida de fuerza generalizada derivada de una afectación de los músculos o los nervios periféricos. Aunque es un problema es generalmente reversible, dificulta la retirada de la ventilación mecánica y requiere un proceso de rehabilitación prolongado.

También se ha señalado que el 30% de los pacientes infectados por COVID-19 consultan por pérdida de olfato (anosmia) o pérdida del gusto (ageusia). Aunque hay enfermedades neurológicas que pueden producir estos síntomas, el origen más probable es una afectación de la mucosa nasal, tal y como sucede en otras infecciones respiratorias.